Mantienen las opciones intactas
El filial del Sporting se adelantó nada más comenzar el partido, pero los vagoneros le dieron la vuelta al marcador antes del descanso.
El Beasain no pudo ganar ayer en Loinaz en un partido que se le puso en contra nada más empezar y que a pesar de ello consiguió remontar antes del descanso. Una jugada desafortunada protagonizada por el lateral izquierdo Jonma, que se encajó un gol en propia puerta, privó a los vagoneros de afrontar con ventaja el partido de vuelta del domingo que viene (18.30 horas) en Mareo. Los guipuzcoanos viajarán por primera vez en estos play-off de ascenso a Segunda División B sin un resultado favorable. En la primera eliminatoria ante La Hoya Lorca B los de Urtzi Arrondo vencieron de forma contundente por cinco goles a cero. En segunda ronda fue el Cacereño quien mordió el polvo en Loinaz, esta vez por 1-0. Ayer el Sporting B salió vivo del campo beasaindarra.
El resultado no es malo para los guipuzcoanos a pesar de no lograr la victoria. Si los goierritarras consiguen vencer el domingo serán nuevo equipo de Segunda B. Incluso un empate a más de dos goles serviría para que los blanquiazules celebrasen la vuelta a la categoría de bronce quince años después.
El choque de ayer estuvo condicionado por las altas temperaturas que azotaron todo el territorio. El calor apretó con más dureza si cabe en el interior, en Beasain, y eso influyó notablemente en la actuación de los jugadores de ambos bandos, sobre todo en la primera mitad. Esto no importó mucho a los cerca de 2.000 espectadores que llenaron Loinaz una vez más en estos play-off.
Rápida reacción
El encuentro arrancó con chispa desde el pitido inicial. Tanto es así que cuando aún no se habían cumplido los primeros cinco minutos de partido, el filial asturiano se adelantaba en el marcador tras un córner botado por Víctor. Rubén se impuso a su marcador para cabecear el balón de manera inapelable e introducirlo en la escuadra derecha de la portería defendida por Iturbe. El Beasain recibía de su propia medicina, en una jugada a balón parado. Quedaba mucho partido y la reacción local no se hizo esperar.
Acto seguido de encajar el tanto, Jon Ander, el máximo realizador beasaindarra, tuvo en sus botas la igualada, pero su disparo llegó mansamente a las manos de Dani, el portero sportinguista. Quien sí que acertó poco después, en el minuto seis, fue Claver. El extremo derecho peleó un balón llovido del cielo cerca de la frontal del área y consiguió domarlo sobre el verde de Loinaz para deshacerse de su rival. Solo, ante Dani, logró batir al cancerbero asturiano gracias a un golpeo con la zurda. El meta gijonés tocó el esférico, pero no consiguió desviarlo lo suficiente como para evitar el tanto que ponía las tablas en el marcador antes de llegar a los primeros diez minutos de juego.
El partido volvía a empezar, aunque este resultado era más beneficioso para los intereses visitantes, puesto que habían logrado anotar en campo rival con todo lo que ello supone. El Beasain, por su parte, no se volvía loco en ataque para desnivelar el tanteador. Ninguno de los dos contendientes lograba imponer su estilo de juego. El de los locales más directo con envíos en largo y el de los visitantes, más terrestre y elaborado. No se vio un fútbol de grandes quilates ayer en Loinaz, si de algo se caracterizó el duelo fue por la entrega y pelea de ambos rivales. Sin un dominador claro.
El Beasain no se complicaba a la hora de llevar adelante su plan. Iturbe, y los dos centrales Kintana e Imaz, colgaban balones arriba para que Aiert los disputase con los zagueros y centrocampistas de Mareo. El donostiarra fue el líder en el juego aéreo ayer, nadie pudo con el pivote blanquiazul en las batallas por alto. Jon Ander, mientras, seguía con atención las segunda jugadas que surgían de estas disputas aéreas para hacerse con el balón y crear peligro en la portería asturiana.
El juego directo de los goierritarras creaba serias complicaciones a los sportinguistas que no se sentían cómodos sobre el césped. No podían llevar a cabo su juego de toque, aunque cada vez que rondaban el área vagonero metían el susto en el cuerpo. A la media hora de partido Rubén estuvo cerca de volver a dar ventaja a los suyos, pero no supo aprovechar un pase de la muerte de un compañero y mandó el balón muy alto de la meta defendida por Iturbe. Dos minutos después volvió a intentarlo, pero su disparo salió muy desviado.
Fue a partir de ese momento cuando el Beasain pisó el acelerador para intentar marcharse a los vestuarios con ventaja. Tras dos avisos de Aiert y Jon Ander, este último consiguió poner el ansiado 2-1 al transformar una pena máxima en el tiempo de descuento. El mismo delantero fue el objeto de la falta que significó el penalti.
El Beasain solo tenía que mantener el marcador, pero la fortuna le volvió de lado a los cinco minutos de la segunda mitad. Un inofensivo centro del lateral izquierdo asturiano, Carlos, lo despejó Jonma con su pierna menos hábil, la derecha, al fondo de sus propias redes. A partir del gol del empate los visitantes se echaron para atrás conformándose con el botín logrado. Esto se apreció más claramente a raíz de la expulsión de Víctor, tras ver la segunda cartulina amarilla cuando aún restaban veinte minutos de choque.
Los vagoneros lo intentaron y estuvieron cerca de festejar el tercer tanto tras un cabezazo de Balerdi al que Dani respondió de forma soberbia cuando ya se cantaba gol en las gradas. Medina, el delantero gijonés, a punto estuvo de desequilibrar la balanza en los instantes finales, lo que hubiera sido un injusto premio para el filial asturiano. Al final, la eliminatoria se decidirá el domingo en Mareo, donde el Beasain aún tiene mucho que decir.
Fuente: El Diario vasco